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IU con la Corrala “La Alegría”

En la madrugada del jueves pasado la policía desalojó el edificio ocupado por la Corrala “La Alegría” en el 158 de la calle Feria. Las cinco familias que habían tomado la iniciativa de alojarse en un inmueble terminado pero vacío, destinado a la especulación con las viviendas, fueron obligadas por la fuerza a abandonar su acción reivindicativa. Aunque no hubo incidentes, la policía se presentó con cuatro furgones y tres coches patrulla, entrando por la terraza y forzando las puertas.

Decidieron dirigirse a la Delegación de la Vivienda, donde les esperaba de nuevo la policía para impedirles el paso pero su titular, Granada Santos, de Izquierda Unida, les franqueó el acceso hasta que a las 20 horas de ese día acordaron nuevas acciones para el día siguiente.

El desalojo coge por sorpresa en tanto que estaba pendiente la declaración ante el juez de un joven autoinculpado y por tanto, se consideraba aún no resuelto el proceso judicial. En cualquier caso y desde el primer momento, desde la Consejería de Fomento y Vivienda de la Junta de Andalucía, dirigida por Elena Cortés, tanto la Secretaria General, Amanda Meyer, como Granada Santos, Delegada Provincial de Turismo y Vivienda, o José Manuel García, Coordinador de la Vicepresidencia de la Junta y el portavoz del Grupo Municipal, Antonio Rodrigo Torrijos, se pusieron en marcha para encontrar soluciones, en un marco legal –pero ilegítimo- que defiende más que haya casas sin gente que gente sin casa.

Conviene recordar, como hizo Torrijos, que si el PP no hubiera llevado a cabo en Sevilla el desmantelamiento de OTAINSA y estuviera en marcha el Parque Social de Viviendas –ambas iniciativas de IU a su paso por el gobierno municipal- estas familias habrían dispuesto de una solución inmediata hasta normalizar su situación. PP culpable por defender a los especuladores.

En cualquier caso trasladamos toda nuestra solidaridad a estos vecinos y felicitamos su lucha porque ayuda a poner sobre la mesa un debate inaplazable, que debe concluir con la certeza del derecho a techo en cualquier circunstancia, pero de manera especial, a quienes pierden su vivienda por razones económicas sobrevenidas y en contra de su voluntad. Con la vivienda no se especula.

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