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IU y PCE se suman a la conmemoración del “Día Mundial contra la Trata de Personas”

Ambas formaciones comparten y defienden la ambiciosa postura del movimiento abolicionista que busca ir a la raíz de un problema que afecta a los Derechos Humanos

La Asamblea General de la ONU aprobó, el 30 de julio de 2010, el Plan de Acción Mundial de las Naciones Unidas para Combatir la Trata de Personas. Y, ante la necesidad de crear mayor conciencia de la situación de las víctimas de la trata y proteger sus derechos, se designó el 30 de julio como Día Mundial contra la Trata de Personas, celebrándose desde 2014 todos los años. Según datos de la propia ONU, la explotación sexual es la forma más común de explotación, acumulando el 59% de los casos a nivel mundial.

A través de un comunicado conjunto, Izquierda Unida y el Partido Comunista de España en la ciudad de Sevilla se han sumado a la campaña del “Movimiento Democrático de Mujeres”, asociación impulsora y co-coordinadora de la Red de Municipios Libres de Trata, recordando que “la prostitución es una forma de explotación que debe ser abolida y no una profesión que hay que reglamentar porque es una forma de violencia de género extrema”.

Eva Oliva, responsable de feminismo de la Colegiada Local de IU, ha afirmado que “regular la prostitución legitima implícitamente las relaciones patriarcales y equivale a aceptar un modelo de relaciones asimétricas entre hombres y mujeres”. Oliva insiste en que “en una sociedad que regule la prostitución estamos socializando a niños y niñas en valores claramente diferenciados”.

Por su parte, la secretaria local de feminismo del PCE, Marianne Robichaud, ha advertido de los riesgos de “convertir la prostitución y la violencia que lleva emparejada en una profesión como otra cualquiera para las mujeres”, dado que “integrar la prostitución en la economía de mercado supone olvidar las causas y las condiciones sociales que determinan que las mujeres sean prostituidas”.

En el comunicado, IU y PCE recuerdan que “comparten y defienden la ambiciosa postura del movimiento abolicionista que busca ir a la raíz de un problema que afecta a los Derechos Humanos” e insisten que “la prostitución confirma y consolida las definiciones patriarcales de las mujeres, cuya función sería la de estar al servicio sexual de los hombres”.

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