Pacto igual a plazo, proyecto y presupuesto
O no habrá pacto, al menos con Izquierda Unida. Para nuestro grupo municipal, cuyo portavoz Antonio Rodrigo Torrijos ha participado en la reunión preparatoria con los otros dos portavoces del PP y del PSOE, la moda de los pactos no puede levantar una falsa expectativa a los hombres y mujeres de Sevilla que han perdido su empleo, que están pasando por muchas dificultades económicas o que están perdiendo, incluso, su vivienda.
Sería una burla hacerles creer que un nuevo “Pacto por Sevilla”, como aquella venta de humo (en la foto) que Zoido montó escenificando una escena de sofá con los mismos portavoces, va a solucionarles los problemas si no es con un sincero esfuerzo presupuestario, que empiece por un Plan de Choque contra el paro que proporcione un respiro económico a varios miles de sevillanas y sevillanos.
Y los recursos para acometer la lucha contra el desempleo, deberán pasar necesariamente por una rectificación de la actual política que lleva a cabo el gobierno local, comenzando por el Plan de Ajuste y acabando por el Presupuesto para 2013, las ordenanzas fiscales y los precios públicos que ahogan aún más. Sólo así se puede reactivar la economía sevillana.
Dos pilares esenciales deberían marcar, al modo de ver de Izquierda Unida, los contenidos del Pacto: la vivienda pública, algo que tras la eliminación de OTAINSA y del Parque Social de Vivienda, así como el acoso a EMVISESA, no es precisamente una apuesta del gobierno de Zoido, y la defensa de los servicios públicos que garantice su calidad y su mejora, algo que va, igualmente, en la dirección contraria de la línea estratégica que traza el Partido Popular.
No sabemos con qué recursos contaría este pacto, cuando lo único de lo que oímos hablar es de recortes: a los empleados públicos (trabajadores del Zoosanitario, policía local, bomberos, plantillas de numerosos servicios, LIPASAM, privatización de MERCASEVILLA, etc.), recortes a las partidas sociales, y un ejercicio suicida de contención del gasto.
Por eso hemos expresado un alto grado de escepticismo y un compromiso de acudir al siguiente encuentro para el hipotético pacto, en el bien entendido, de que si no se concretan los criterios de proyectos, plazos y presupuestos, podría ser la última reunión a la que asista Izquierda Unida, por un elemental sentido de respeto a la gente que esperaría en falso la solución de sus problemas.
