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Podemos-Izquierda Unida apuesta por crear comunidades energéticas gestionadas por el Ayuntamiento y oficinas de asesoramiento

La confluencia se compromete a ajustar las bonificaciones del IBI para beneficiar a las rentas medias y bajas que utilicen placas solares

La confluencia electoral encabezada por Podemos e Izquierda Unida ha anunciado que si accede al gobierno de la ciudad después de las elecciones del 28 de mayo promoverá la creación de comunidades energéticas gestionadas por el Ayuntamiento y abrirá oficinas de asesoramiento energético en los distritos para ayudar a los vecinos en asuntos relacionados con la energía eléctrica, como facturas, ayudas, etcétera.

Así se expresado la coordinadora local de Izquierda Unida y candidata de la confluencia a las elecciones municipales Camino Morgaz tras mantener una reunión con el ingeniero Sixto Martín y otros miembros de la Red Sevilla por el Clima, además de denunciar que las actuales bonificaciones sobre el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) benefician a las rentas más altas al aplicarse un porcentaje sobre el valor catastral de las viviendas y que se modificarán para revertir esta situación tan injusta que supone un agravio comparativo para las clases populares.

Morgaz ha subrayado que el Ayuntamiento aprobó en 2020 el documento Alianza para la reactivación social y económica ante la crisis del coronavirus en el marco del Plan Estratégico 2030, con aplicación en 2021 y 2022, del que “no se ha cumplido nada”, y ha instado que se cumplan los “reiterados acuerdos” adoptados por el equipo de gobierno de Antonio Muñoz (PSOE) para la instalación de paneles solares en edificios municipales.

En cuanto al compromiso de convertir a Sevilla en una ciudad climáticamente neutra en 2030, la candidata ha asegurado que con el análisis de los datos disponibles es imposible pensar en ni siquiera aproximarse a la neutralidad de emisiones de CO2 en ese horizonte si no se contempla un cambio, no solo cualitativo sino cuantitativo, en los consumos de las sevillanas y sevillanos. Sin introducir el decrecimiento y un cambio radical en los hábitos, entre otros elementos, la neutralidad no es un objetivo realista.

 

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