La siniestralidad laboral se sigue cobrando vidas
Antes de que estallase la burbuja inmobiliaria de 2007, basada en la construcción intensiva, los accidentes en el trabajo se atribuían a la exigencia a la que se sometía a los trabajadores en construir para vender, antes de que se acabara el ciclo.
En esos años, la constante era la muerte por aplastamiento o por caída. Curiosamente, morían trabajadores como hace cinco mil años en el Egipto de los faraones cuando los esclavos construían pirámides y templos.
Cuando la actividad de la construcción bajó, por esa misma razón deberían haberse reducido los accidentes laborales. Pero eso no pasó. Andalucía registró 67.720 accidentes de trabajo y la siniestralidad mortal se incrementó en 2014 en casi un 50%. ¿Qué ha pasado, pues?
La foto de arriba ilustra con enorme claridad y expresividad lo que está sucediendo. En la imagen se ve a un trabajador en la recogida de naranjas de los árboles urbanos que tantos hay por nuestra ciudad. Es una actividad que el Ayuntamiento subcontrata y que no se hace con personal propio. Estas empresas suelen ir a la máxima ganancia con el mínimo coste. Y eso conduce con extremada frecuencia al accidente de trabajo. Veamos.
El trabajador –inmigrante, por cierto- se encuentra encima de la escalera que descansa sobre el propio árbol (no es de tijera). No hay un compañero a pie de tierra para evitar que se deslice y haga caer al que está arriba (ahorro salarial). Por último, no se ha delimitado el 
perímetro de recogida, ni en la acera (riesgo para los peatones) ni en la calzada (riesgo para el trabajador de que algún vehículo derribe la escalera). No existe ninguna preocupación para Zoido, más allá de que se recojan esas naranjas al menor precio posible. La seguridad en el trabajo no es un factor a considerar. Esa es nuestra denuncia.
Nuestra fuerza política viene realizando sistemáticamente un minuto de silencio a las 12 del mediodía a las puertas del Ayuntamiento, en la misma Plaza Nueva, al día siguiente de conocer que haya fallecido en accidente de trabajo una persona, en el ámbito de Andalucía. Esa medida, que ahora solo la convoca Izquierda Unida, antes era una decisión del pleno municipal y fue derogada tan pronto como Zoido llegó a la alcaldía. Desgraciadamente, como vemos en un recorte de la prensa de ayer, la muerte en el trabajo sigue aumentando porque disponer de medidas de prevención es más caro.
El Ayuntamiento de Sevilla no debía permitir que esto sucediera. La vida de los trabajadores vale más que el contrato de las naranjas.
