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Altadis: La palabra de Zoido vale menos que una colilla sucia

El Pleno del Ayuntamiento del pasado viernes, probablemente el último ordinario del mandato municipal 2011-2015, ha sido aprovechado por Zoido para llevar a la desesperada la recalificación del suelo de la antigua fábrica de tabacos de Sevilla, Altadis.

Como se recordará, el Gobierno local anterior, del que participaba Izquierda Unida, había blindado en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) la calificación de “industrial singular” para esos terrenos a fin de evitar un pelotazo urbanístico a la empresa tabaquera. Con ello se pretendía que la multinacional que cerró la factoría, despidió a un montón de trabajadores y deslocalizó la producción, no fuese premiada además con una recalificación que le permitiese hacer el negocio del siglo con la venta de los suelos para enriquecerse.

En lugar de mantener el uso de esa parcela e intentar atraer empresas que generen empleo y prosperidad tecnológica, Zoido fuerza ahora una modificación en el PGOU para que Altadis finalmente se salga con la suya y se lo lleve calentito.

Zoido había prometido que Altadis no sacaría ni un euro de ahí, anunciando incluso la expropiación de los suelos para que no pegase el pelotazo. Hablamos de mayo de 2007. Pero ya estamos acostumbrados a lo que significa la palabra de Zoido. Vale menos que una colilla sucia (nunca mejor dicho).

Ha tenido la desfachatez, encima, de recordar que el Gobierno anterior no le dio participación a la oposición, entonces encabezada por él mismo.

El viernes, por si aún no les llegó la noticia, toda la oposición se opuso a esta operación, ocultada y escondida para que nadie sepa qué hay detrás de estas prisas de última hora.

Nuestra portavoz, Josefa Medrano, antigua trabajadora precisamente de esa fábrica que se cerró siendo ella presidenta del Comité de Empresa conoce bien lo que hay detrás. Por eso criticó que Zoido no haya tenido en cuenta ninguna alegación al convenio y aseguró que la recalificación no está lo suficientemente justificada. «Sólo favorece una operación de especulación urbanística a una empresa que no se lo merece y que cambiará la fisonomía del lugar, el medio ambiente y atacará el patrimonio histórico e industrial».

De la misma manera, Medrano lamentó en el Pleno la poca transparencia del Gobierno municipal y apostó por recuperar los suelos pero por medio de la instalación de nuevas industrias como las tecnológicas o las culturales para crear empleo.

Zoido ha aprovechado, una vez más, la Semana Santa para esconder mediáticamente el impacto de esta decisión. Un gesto cobarde que le será, sin duda, tenido en cuenta el 24 de mayo cuando las sevillanas y sevillanos le puedan devolver el daño que ha hecho a la ciudad, a favor de los poderosos y en detrimento de la mayoría social.

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