Las otras cifras del empleo
Eufóricos venden los gobiernos central o andaluz los resultados de la EPA (Encuesta de Población Activa), conocidos a finales de la semana pasada.
Datos que esconden un crecimiento “del empleo” tras un espejismo de crecimiento “de contratos”. Tras ello, hay una enorme cortina de propaganda que esconde hasta 20 contratos para la misma persona en el mismo mes, lo que computa como 20 empleos nuevos creados. La mentira no puede ser más obscena y ofensiva para la inteligencia.
Tampoco se ponen sobre la mesa los dramáticos datos del precariado o de las condiciones de trabajo de los “nuevos trabajadores pobres”. Son quienes, aún teniendo trabajo, se encuentran en el mismísimo umbral de la pobreza porque, a pesar de las jornadas interminables de trabajo y de una cotización de apenas 3 o 4 horas, no consiguen ingresos suficientes para alejarse de las puertas de la exclusión. Suman ya más de dos millones, según las mismísimas estadísticas oficiales.
De la misma forma, el caso es que ya hay 770.400 hogares cuyos miembros no tienen ningún tipo de ingresos. 366.500 familias cuentan solo con una persona aportando ingresos. La contratación indefinida sobre el total apenas alcanza ya el 16% en el segundo trimestre. La reforma laboral está arrasando con derechos, condiciones de trabajo, poder negocial, contrapeso sindical, consiguiendo un abaratamiento “de los costes” laborales para los empresarios desconocido en la historia. De eso precisamente, y no de otra cosa, iba la crisis.
El milagro laboral y económico de los gobiernos central y andaluz están consistiendo en destruir el empleo fijo y convertirlo –repartirlo- entre trabajos eventuales. Precarizar hasta empobrecer.
Los gobiernos andaluz y central carecen de legitimidad, ante la tozudez de los datos de la EPA, única herramienta para medir desempleo reconocida en Europa, y es una inaceptable obscenidad vender como positivos unos datos que lo único que demuestran es el empobrecimiento de la clase.
