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Apertura del Patio de los Naranjos como espacio público ( Moción para Pleno- Noviembre 2024)

El Patio de los Naranjos, un lugar emblemático de Sevilla, ha sido durante más de ocho siglos un espacio abierto y accesible  a la ciudadanía. Este carácter público estaba reflejado en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de 1987, donde se catalogaba como un Servicio de interés público y social (SIPS) público, sin restricciones que limitaran su acceso, ya que siempre fue considerado del común, de la ciudad. Independientemente de la Catedral y la Giralda, su uso ha simbolizado la paz dentro del ajetreo de la ciudad y la conexión entre lo religioso-monumental y lo comunitario, sirviendo de punto de encuentro lúdico y disfrute de la ciudadanía además de tránsito para generaciones de sevillanos.

En 1992, con motivo de la Exposición Magna Hispalensis el Cabildo catedralicio solicitó y procedió el cierre temporal del patio. Sin embargo, al concluir el evento, el patio no se volvió a abrir. Las reclamaciones posteriores realizadas por más de treinta asociaciones (barrio de Santa Cruz y Ben Baso entre otras), dieron como fruto que en el año 1999 el Cabildo y el Arzobispo Carlos Amigo se comprometieran a abrirlo antes de finalizar dicho año. Una promesa incumplida, ya que el Patio de los Naranjos, para más escarnio, ha sido incorporado al circuito turístico y comercial de la catedral, aun siendo un bien del común. La falta de respuestas e intervención de las autoridades políticas y la pasividad de la administración local y autonómica propiciaron una situación de usurpación de facto que persiste hasta hoy.

El PGOU de 2006 introdujo un cambio significativo al catalogar el Patio de los Naranjos como SIPS privado. Este cambio contrasta con la historia de apertura de este espacio y su propiedad, del común, al igual que Giralda y Catedral es ese momento y plantea interrogantes sobre la legitimidad de la modificación, especialmente considerando que la inmatriculación del Arzobispado no se realizó hasta 2010. Resulta preocupante que una decisión de tal magnitud, que afecta directamente al patrimonio y a los derechos de la ciudadanía, se realizara sin una justificación transparente y sin  el consenso de la sociedad sevillana al menos.

La situación actual, en la que el acceso al Patio de los Naranjos se encuentra condicionado a la compra de entradas, se ha convertido en un punto de venta de souvenirs, quioscos de venta de tickets, recogida de audio guías y salida de turistas tras la visita a la catedral, es un reflejo de la degradación de este espacio patrimonial y de una apropiación ilegítima que debe ser rectificada. La conversión de un bien común en un espacio de explotación comercial va en contra del principio de acceso universal al patrimonio histórico, transformando lo que debería ser un lugar de disfrute comunitario en un recurso con fines económicos. Esta situación contraviene la idea de que los espacios históricos deben servir como puntos de referencia cultural y social, y no estar subordinados a intereses particulares, situación agravada por el hecho de que el conjunto catedralicio no cuenta con el obligatorio Plan Director de Uso y Gestión que todo Bien Patrimonio Mundial debe tener y que le ha sido requerido en dos ocasiones desde la Oficina del Defensor del Pueblo, tras atender éste las quejas presentadas por varias asociaciones patrimonialistas.

Es necesario devolver a la ciudadanía un espacio que siempre le perteneció y garantizar su uso como un bien común. La defensa del patrimonio público no es solo una cuestión de justicia histórica, sino también de respeto a la memoria colectiva de Sevilla. Restaurar el Patio de los Naranjos como un espacio abierto y accesible es fundamental para preservar la identidad de la ciudad y asegurar que las futuras generaciones puedan disfrutar de este legado sin restricciones.

Por todo lo anteriormente expuesto, el Grupo Municipal Con Podemos – Izquierda Unida, propone los siguientes

ACUERDOS

1.Iniciar las gestiones legales y administrativas necesarias para garantizar la reapertura del Patio de los Naranjos como espacio público y de libre acceso para la ciudadanía, con todas las garantías necesarias para la conservación del patrimonio.

2.Llevar a cabo un análisis detallado de los cambios en la catalogación del PGOU de 2006, con el fin de esclarecer las circunstancias que llevaron a su reclasificación como SIPS privado y cerrado en ausencia de propiedad.

3.Solicitar a la Junta de Andalucía y al Ministerio de Cultura que colaboren en la protección del carácter público del Patio de los Naranjos y, en su caso, el Gobierno anule cualquier inmatriculación que contravenga el bien común.

4.Convocar a las asociaciones patrimoniales y culturales de la ciudad para trabajar en la promoción y defensa del Patio de los Naranjos como espacio histórico de la ciudadanía sevillana.

5.Pedir al Arzobispado de Sevilla que, en un acto de justicia, buena voluntad y respeto a la historia y al patrimonio colectivo, restituya la propiedad y el acceso al Patio de los Naranjos como espacio público y que vuelva a ser la plaza pública que siempre fue.

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