Apoyo al Servicio de ayuda a domicilio (Declaración Institucional para pleno_ Abril 2024)
La crisis sanitaria provocada por la Covid-19 puso de manifiesto el carácter de servicio básico y esencial de las tareas de cuidados. Unas tareas que volvieron a recaer en mayor medida sobre las mujeres como arrojan diversos estudios. Algunos de los mismo demostraron que en pandemia alrededor de 56.000 mujeres dejaron sus empleos para dedicarse a las tareas de cuidados frente a 8.000 hombres, o como se sigue evidenciando, quién asume las tareas domésticas, además de sus trabajos fuera del hogar, son en un 84% de mujeres frente a un 47% de hombres. En este paquete de tareas de cuidados, aunque desarrolladas por la Ley de la Dependencia, se enmarca el Servicio de Ayuda a Domicilio, que además de cuidar a los usuarios y usuarias, descarga a las familias de esas tareas de cuidados.
El Servicio de Ayuda a Domicilio es uno de los programas más demandados por la población sevillana en situación de dependencia. Se calcula que en la ciudad hay unas 4500 profesionales de atención domiciliaria, por lo que este servicio es también un importante motor generador de empleo. Además, es una de las prestaciones más reconocidas del catálogo de servicios por parte de la Agencia Andaluza, con Programas Individuales de Atención reconocidos.
Hablamos de un servicio considerado por Ley como una prestación garantizada como derecho subjetivo de la ciudadanía, exigible ante la Administración pública. Un servicio que aún habiendo sido declarado esencial durante la pandemia, no ha recibido la atención suficiente, ni antes, ni durante, ni después, por parte de las administraciones competentes. Sin embargo, y siendo de titularidad pública, este servicio en la ciudad de Sevilla se encuentra gestionado por empresas privadas que no garantizan unas condiciones dignas e igualitarias a las profesionales que lo prestan y que también tiene consecuencias en las personas usuarias que lo reciben.
Estamos frente a un servicio altamente feminizado, con más del 90% de trabajadoras, con enormes cargas de trabajo, sin apoyos mecánicos, que provocan numerosas lesiones musculoesqueléticas que obligan a las trabajadoras a medicarse para soportar dolores que se vuelven crónicos y que no están considerados como enfermedades laborales.
La lucha de estas trabajadoras, no sólo se circunscribe al propio desarrollo de su trabajo, sino que en muchos casos tienen que enfrentarse a empresas que engordan sus beneficios a costa de las espaldas, los brazos, las manos y la salud física y mental de estas auxiliares. Además deben seguir luchando por sus derechos laborales, porque se les reconozcan como tiempo trabajado los desplazamientos entre usuarios, porque no tengan que ir corriendo de casa en casa (en la ciudad de Sevilla ya hemos tenido que lamentar una muerte en el trabajo en estos desplazamientos). Muchas de estas profesionales luchan por poder descansar 48 horas de forma continua, luchan porque los días de fiesta sean abonados como corresponde, luchan por tener equipos de protección, en cantidad y calidad suficientes para garantizar la seguridad de los usuarios y usuarias y de sus familiares, de ellas mismas y de sus familias.
Luchan por dignificar un trabajo invisibilizado y poco valorado por la sociedad. Luchan porque se reconozca las labores que desarrollan, luchan porque sus enfermedades sean reconocidas como enfermedades laborales. Luchan por un salario digno al no recibir, en muchos casos, ni el 50% del precio hora fijado por la Junta de Andalucía.
El reconocimiento a las trabajadoras de este servicio ya era escaso, no se encuentran dentro de personal sanitario aunque muchas de las actividades que desarrollan sí lo son, de hecho esto provocó, en su día, que no fueran incluidas en la primera fase de vacunación, como sí se consideró, por ejemplo, al personal de residencia. Su figura se sigue viendo como la persona que limpia la casa, cuando realmente su tarea es atender las actividades básicas de la vida diaria para las personas dependientes, aseo e higiene, alimentación, cambios posturales,…
Por todo ello, desde el Ayuntamiento de Sevilla, se muestra el apoyo y reconocimiento al trabajo desarrollado por las trabajadoras de ayuda a domicilio, un trabajo invisibilizado, precarizado y feminizado que no por ello deja de ser esencial y se defiende que para garantizar unas condiciones dignas tanto para las trabajadoras como para los usuarios y usuarias, es indispensable estudiar la posibilidad para que la gestión de este servicio público se asuma de forma directa por la administración pública.
El Ayuntamiento de Sevilla muestra su apoyo a que se reconozcan las enfermedades antes mencionadas como enfermedades laborales.
El Ayuntamiento de Sevilla se compromete a dar visibilidad y a dignificar el trabajo que realizan las auxiliares de ayuda a domicilio.