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Huelga del metro: Zoido elige formar parte del problema

Una vez más nos topamos con el escaso respeto a los derechos de los trabajadores que el alcalde muestra con ocasión de la huelga que están llevando a cabo los trabajadores del Metro, que además va a coincidir con otra lucha sindical en Renfe.

El derecho a la huelga está consagrado en las leyes y el Sr. Zoido, juez en excedencia, debería saber que se estaría saltando un precepto legal si boicotea la huelga sustituyendo el metro por autobuses públicos, aunque sea de una forma mal disimulada.

Lo que el alcalde debería hacer es presionar a la dirección de metro, en cuyo consejo de administración se sienta, para evitar la huelga y favorecer la negociación del tercer convenio colectivo y su contenido, que ahora mismo está estancado en una reivindicación justa para la conciliación familiar y las abusivas prolongaciones de jornada que los empresa madrileña Globalvia (concesión privada que explota el metropolitano), exige a la plantilla.

En vez de ayudar, el alcalde pretende convertir a los conductores de TUSSAM en cómplices de un esquirolaje intolerable, que, afortunadamente y con total coherencia, las secciones sindicales de TUSSAM se han apresurado a denunciar, en un ejercicio ejemplar de solidaridad que Izquierda Unida aplaude.

Pero es que, además, dado que la flota no tiene vehículos en la reserva para ponerlos a disposición de compensar la ausencia del Metro, tendría que retirarlos del servicio a algunos barrios (líneas 5, 24, 25, 26 y 38) catalogando ya a vecinos de primera y a vecinos de segunda que verían como empeora el servicio, o lo que aún es peor, sacar vehículos averiados del taller con el consiguiente peligro para conductores y usuarios.

Zoido no es el cacique de ningún cortijo para enfrentar a trabajadores con trabajadores. Esa vergonzosa actitud no merece sino la condena más contundente de esta fuerza política y de la sociedad sevillana, puesto que lo que el alcalde debería hacer es usar toda la autoridad de su cargo para ponerla al servicio del interés general mediando en el conflicto, no echar gasolina al fuego como un pirómano bombero y mantener mínimamente la dignidad y ecuanimidad que exige este momento en el que, lamentablemente, solo está contribuyendo a envenenar una legítima lucha sindical que tiene su cauce y que puede reconducirse por la via negocial. Zoido está eligiendo formar parte del problema en vez de apuntarse a ser parte de la solución.

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