
La Alameda necesita cambios, pero no una reurbanización
Lo que hace falta es cuidarla, porque lleva años abandonada y con un notable déficit de mantenimiento: el deterioro del mobiliario urbano, la falta de cuidado del arbolado o la pérdida progresiva de la diversidad de usos culturales frente a la expansión descontrolada de veladores.
Calificar la Alameda como un “fracaso” es falsear la realidad: si estuviera mal diseñada o no fuera funcional, no estaría llena a diario ni sería uno de los principales puntos de encuentro de la ciudad.
LA ALAMEDA SE CUIDA
Es urgente adaptar la Alameda al cambio climático (más sombra, más agua, reverdecimiento), fomentar usos culturales de pequeño formato (como Alamedando, Perfopoesía o Sevilla Foto) y reforzar la convivencia ciudadana regulando los usos irregulares del espacio público y limitar el tráfico en el carril de circulación.