¿No llegaron ya comidos y viajados?

La agresiva campaña que el PP inició contra los viajes institucionales que realizaba cualquier miembro del equipo del gobierno anterior, le había llevado a decir que llegaban comidos y viajados, dando a entender que nada de comidas de trabajo y nada de viajes oficiales.

Adquirió Zoido un fuerte compromiso electoral –cínicamente hecho y reiteradamente incumplido- según el cual no habría ningún viaje que no fuese informado con transparencia, antelación y alevosía. Pues nada más lejos. Meses llevamos esperando explicaciones.

A raíz de la pillada olímpica de Mr. Zoido en Londres, cinco días antes del comienzo de los juegos olímpicos y cuando se camuflada con una camiseta de esas de “soy español, español, español” (falta uno, creo), escondido entre la hinchada en la grada, se puso de manifiesto el gusto por viajar del alcalde, por un lado, y de su mano derecha, Gregorio Serrano, Willy Fog, en el mundillo mundial, por otro. De hecho, a pocos días de ganar las elecciones y aún sin haber sido nombrado alcalde, lo pillamos en París en el primer viaje transparentemente opaco.

Ir a Madrid a ver al Papa a costa del erario público inventando una campaña o a San Petersburgo a tirar la Torre Pelli –con el éxito de todos conocido-, forma parte del gusto por viajar que tienen en el PP sevillano. Japón, Portugal, Alemania o, como la última semana, Gregorio Serrano, concejal sevillano en Manhattan, que tire usté de tópicazo con otra más de faralaes y peinetas, para que después nos quejemos de la imagen de casposeo y pandereta. Pero es que viajar es un placer, a lo grande más y si es gratis total, ya es la pera pepera, aunque sea tirando de abanicos y mantillas.

Pero lo mejor del viaje a N.Y. fueron la cantidad de reuniones que, en tan solo cuatro días, mantuvo el devoto capitular con los cientos de miles o millones de empresarios y corredores de maratón, que, suspendido el de la ciudad de los rascacielos, ha prometido una rebajita a costa de nuestro dinero para que se inscriban en la prueba equivalente de Sevilla. Ni contando todas las horas sumarían suficiente para cuadrar todos los encuentros que dicen haber celebrado.

Y la venta de Sevilla, que no se lo pierdan, ya el remate, con un argumentario “propio y original” del pepero local: Vengan a ver el FIBES y las SETAS. Toma ya aportación cínica. Decía un periodista, amigo de Serrano, el otro día en su grapado diario: “De las Setas se destacó en el viaje de negocios que es una obra que ha atraído la atención internacional por ser la mayor estructura de madera del mundo, cuya maqueta lleva 3 años expuesta en el prestigioso museo de Arte Moderno Neoyorquino.” Literal. Con lo que el PP lió con el Metropol-Parasol. Y del Palacio de Congresos, “que es uno de los mayores y más modernos del mundo”. NODO puro. Pues comidos y viajados llegarían, pero a lo que se ve, su hambre es insaciable y su espíritu viajero infinitamente inabarcable. Y sus argumentos, esos sí, canela pura.