No más muertes por exclusión social

Convocada por la Asociación Pro Derechos Humanos de Sevilla y con el apoyo de la Plataforma “Somos Migrantes” se llevó a cabo anoche una concentración en la puerta del albergue municipal donde, ahora hace un año, moría Piotr Piskozub, el ciudadano polaco que perdió la vida víctima de la tremenda injusticia que significa la exclusión social.

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Como recordaron en la concentración los portavoces que intervinieron, Mandela había dicho sobre la pobreza: La pobreza no es natural, es creada por el hombre y puede superarse y erradicarse mediante acciones de los seres humanos. Y erradicar la pobreza no es un acto de caridad, es un acto de justicia.

Según denunciaron, en Sevilla hay alrededor de 2.500 personas que duermen en la calle, ya sea bajo cornisas o soportales, ya sea en precarias estructuras efímeras, ya sea en coches abandonados. Es evidente que las administraciones tienen una importante responsabilidad en relación con las personas más vulnerables, víctimas de un sistema social profundamente injusto, que genera desigualdades inabarcables y en el que se sienten cómodos los poderosos, pero sufren la pobreza, la exclusión y la desigualdad, decenas de miles de personas que sucumben ante la opresión del capitalismo, en su actual fase de neoliberalismo atroz e inhumano.

Sevilla, gobernada por el Partido Popular, que obedece las indicaciones de las clases dominantes, es un todo un ejemplo de desigualdad. Los servicios sociales son manifiestamente insuficientes y la atención y los protocolos que reciben ciudadanos como Piotr, nos llevan a demandar otras respuestas, firmes y decididas para que ninguna persona, víctima de la pobreza y de la exclusión social, fallezca como consecuencia de fallos estructurales que impiden detectar la gravedad de su situación.

Nuestros concejales, José Manuel García y Pepa Medrano acudieron a apoyar esta lucha contra la exclusión social y este homenaje al ciudadano polaco fallecido, en la profunda convicción de que ningún ser humano, sea de la condición económica, social, religiosa, étnica o de cualquier otra naturaleza, vuelva a ser víctima de la injusticia que representa la desigualdad.