Tu Voz, Tu Gente
Tu voz, tu gente

No nos vencen con las armas. Nos vencen con el engaño

En una democracia, no se puede consentir la propaganda, decía Noam Chomsky, porque en ese momento no hay decisiones libres en los ciudadanos, sino embaucadas, y se inicia el camino de la dema-gogia que conduce al totalitarismo por medio de la coerción informativa.

Mucho se ha escrito sobre la manipu-lación informativa a través de un periódico “amigo” del poder, que tiene intereses en que gobierne quien al mismo tiempo le alimenta, pero no solo porque le alimenta: la manipulación, en términos más específicos, implica el ejercicio de una forma de influencia ilegítima por medio del discurso: los manipuladores hacen que los otros crean y hagan cosas que son favorables para el manipulador y perjudiciales para el manipulado.

Sabemos que hay más cosas de las que se incluyen en esta relación e iremos contándolas. Al menos esta voz no la pueden acallar y trataremos de convencer a quien desee hace un ejercicio mínimamente objetivo, de que Zoido está utilizando a ese periódico –y éste a su vez utilizando a Zoido- para coordinar intereses mutuos y comunes. Esos intereses –que no ideales- no son otros que mantener en el poder a cualquier precio a quienes defienden unos valores que perjudican a la mayoría social. Y a esa mayoría social solo se la puede convencer con el engaño, con la manipulación, a veces sutil a veces bochornosamente grosera, y con la exageración de las virtudes y los aciertos de Zoido y la ocultación o tergiversación del discurso de la oposición.

La asimetría para llegar a la sociedad sevillana es muy evidente. Brutal. Pero eso no resta ni un solo ápice a tener la razón ni tampoco nos va a impedir dejar de denunciarlo. El escaso o nulo eco que para un tema como este encontramos en el resto de medios tampoco ayudará. Pero jamás nos daremos por vencidos.

Nuestro objetivo es alcanzar una sociedad sevillana libre, objetivamente informada y en condiciones de participar críticamente de las cosas que le importan. Zoido camina en la dirección contraria. Y cuenta con recursos tan inimaginables como inagotables para conservar el poder a través del yugo sutil de la manipulación. Y aliados no le faltan.

Y recuerda: “La manipulación, si es eficaz, termina en la convicción del sujeto de que los valores y actitudes que le han sido impuestos son realmente suyos”.

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