Por un proceso constituyente hacia la III República
El sistema político surgido de la transición democrática (monarquía bipartidista, modelo económico especulativo y corrupto) está acabado. Hay que iniciar un proceso constituyente hacia una democracia real: política, económica y social, que tenga como forma de Estado el federalismo y como forma de gobierno la República.
La ilegalidad del golpe de estado contra la II República; la ilegitimidad de origen de esta monarquía borbónica, además de institución obsoleta y corrupta; la impunidad del franquismo para con sus víctimas; el agotamiento del régimen constitucional salido de la transición y sus déficit; la corrupción generalizada; el desprecio por la participación ciudadana; las políticas neoliberales de expolio a los servicios públicos y a las libertades democráticas; la pérdida de soberanía usurpada por los mercados, guerras imperialistas, etc. son elementos inherentes a unas políticas insertadas en un modelo de convivencia con graves carencias democráticas, injusto e insolidario.
No es posible que el amplio conflicto social existente, producto de estas políticas y de este modelo de estado, pueda tener vías reales de solución en beneficio de la mayoría si no es con una ruptura y un cambio por otro modelo más democrático que no puede ser otro sino en clave republicana. Una República que tenga a la ciudadanía como elemento central y protagonista de cualquier acción de gobierno; con la justicia, libertad, igualdad, paz y solidaridad como valores inherentes y transversales; y con un modelo económico que priorice el valor de lo público, la cohesión social y la defensa del medio ambiente. Porque todo está conectado.
Hay momentos en la historia que son cruciales porque suponen un riesgo para las conquistas sociales, las condiciones de vida de las personas trabajadoras, la libertad y la propia democracia. En ese tipo de coyunturas, se trata de decidir si se asume retroceder, hacer girar hacia atrás las manillas de la historia para desandarla en relación a niveles de progreso, libertad y democracia o, por el contrario, afianzar y desarrollar el progreso, las libertades y la democracia misma. Por la III República, un proceso constituyente.
Aquí se puede ver el auto completo de la imputación por parte del Juez Castro de Cristina, hija mayor de Juan Carlos de Borbón.
