Ismael Sánchez advierte de que la turistificación está expulsando a los artistas y artesanos del casco norte del centro de la ciudad

San Julián, El Pelícano, Pasaje Mallol… Muchas calles y plazas del casco norte del centro de la ciudad son un hervidero de creatividad donde artistas y artesanos de múltiples disciplinas se afanan a diario por sacar adelante su trabajo en unas circunstancias complicadas, primero por la pandemia, ahora por la crisis económica. La mayoría de la gente que transita -de paso- por estas callejuelas céntricas de Sevilla ignora lo que se cuece -a veces, literalmente- en el interior de locales y corralones.

El candidato de IU a la Alcaldía de Sevilla, Ismael Sánchez, ha hecho un recorrido por un nutrido grupo de estos talleres y ha visitado a los artistas y artesanos para conocer de primera mano sus problemas y propuestas. El primero, la turistificación, que se extiende como un mal endémico desde el centro histórico hacia los barrios más cercanos y que está expulsando a estos trabajadores de sus talleres tradicionales ante la inasumible subida de los precios del alquiler y la presión de los propietarios en un contexto de especulación urbanística y falta de regulación de los pisos turísticos.

Así lo ha advertido Ismael Sánchez, quien ha considerado que hay que proteger estos talleres, que “constituyen una riqueza propia de Sevilla que no se da en otras ciudades, donde han terminado sucumbiendo al turismo frente a la clientela local para la que trabajan”. En este sentido, ha propuesto la cesión de locales municipales como lugares de encuentro y el establecimiento de residencias artísticas que sirvan como “intercambio cultural” con creadores de otros países.

Por otro lado, el candidato de IU a la Alcaldía ha reclamado mayor apoyo económico y dar visibilidad a estos oficios tradicionales mediante la elaboración de un censo actualizado de artistas y artesanos por oficios y gremios y la creación de una guía o página web en la que aparezcan estos músicos, fotógrafos, herreros, carpinteros, ceramistas, pintores, grabadores, profesionales del cine, de la industria textil y la serigrafía y trabajadores del arte sacro, entre otros.

En definitiva, “dar voz a los espacios que corren el riesgo de perderse con el tiempo y proteger estos espacios de cultura como patrimonio de nuestros barrios”, lo que pasa, entre otras medidas, por rescatar los corralones de Castellar, Bustos Tavera y la Fábrica de Sombreros. “Es necesaria y urgente la intervención pública para poner en marcha estas ideas, que pueden financiarse con fondos europeos, contando con la gente del barrio”, ha concluido.