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Propuestas para feminizar la organización

Como bien sabemos, Izquierda Unida tiene como uno de sus pilares fundamentales el feminismo. Esto no puede quedarse en mera consigna y limitarse al plano teórico. Desde sus inicios, IU ha sido la formación política más vanguardista en cuanto a la lucha de las mujeres trabajadoras en este país. No solo hemos estado en las calles participando en este movimiento social, también hemos sabido trasladar las exigencias del feminismo a las instituciones, cosa que queda patente en nuestra historia, de la cual nos enorgullecemos. Debemos incorporar el feminismo a nuestra praxis. Si no aplicamos la perspectiva feminista a nuestra militancia y nuestro trabajo interno, no tenemos legitimidad ninguna para decirnos abanderados y abanderadas de esta lucha como organización política. En nuestro plan de trabajo recogemos como objetivo contribuir a feminizar nuestra organización, con medidas que garanticen los cuidados y la conciliación. Es por ello que, desde la Colegiada de IU Sevilla Ciudad, hemos acordado trasladar una serie de indicaciones a las asambleas, basadas en las experiencias que vivimos en nuestra militancia y en las propias recomendaciones que nos llegan del federal y otros territorios, de organizaciones políticas próximas de otros países y de la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres.

  • Se procurará que las reuniones no se alarguen más de dos horas. Para ello, se establecerá la duración aproximada de cada punto del orden del día, de forma realista. En base a ello, los turnos de palabra deberán ser cerrados y el tiempo de cada intervención contabilizado. En las reuniones online, la persona encargada del apartado técnico de la reunión cerrará el micrófono cuando la duración permitida sea sobrepasada. Será responsabilidad de cada militante ajustar su intervención a los tiempos, procurando siempre no repetir lo que ya se ha dicho, ajustar sus palabras al tema que se está tratando, no desviarse del asunto y sintetizar. Esta medida es necesaria para que los tiempos de reunión no se alarguen e imposibiliten la conciliación.
  • Feminizar una organización, y hacer feminista, cosas distintas, pasa porque las compañeras puedan expresarse libremente y que tomen la voz, pero también para porque los hombres, que conforman mayoritariamente la organización, tomen conciencia de su posición y cedan tiempo y espacio a aquellas que históricamente lo han tenido negado, y que aún a diario son educadas para ser silenciadas y no participar. Está comprobado que la participación y la visibilidad femenina invita a las mujeres a participar más, y da lugar a una mayor motivación por su parte. Desde el feminismo, esta lucha ha reivindicado siempre la importancia de que los espacios de militancia y activismo sean espacios seguros y donde compañeros y compañeras propicien espacios que faciliten el debate y el trabajo, con un ambiente amable que propicie el buen funcionamiento, frente a dinámicas que generan debates enconados, faltas de respeto y una obstaculización continua. Para facilitar la participación femenina y para desmasculinizar los espacios, en caso de que los turnos de palabra se vean descompensados y sean más las solicitadas por hombres que por mujeres, se dará más tiempo a las intervenciones de las compañeras de forma proporcional al número de palabras pedidas y a la duración prevista para el punto del orden del día. Esta es una práctica que ya se ha puesto en marca en otras organizaciones vecinas y también en nuestros órganos de dirección federal, tal y como recomienda la red feminista de Izquierda Unida.
  • Los días y las horas de reunión se harán de forma rotativa en los órganos amplios, para que todos y todas tengan oportunidad de asistir. En aquellos que son más reducidos, se buscará consenso para que todas las partes puedan tener la reunión en un horario que no resulte problemático para la conciliación.
  • Será también responsabilidad de cada militante mantener la cordialidad y el respeto a todos los compañeros y todas las compañeras. La dirección se hará cargo de llamar la atención, si hace falta interrumpiendo, cuando algún compañero o compañera esté teniendo una actitud poco conciliadora, elevando el tono en exceso, lanzando ataques, haciendo comentarios ofensivos para la militancia o profiriendo mensajes que no aportan al debate y animan a la gresca. De no cesar, la persona será silenciada. Estas actitudes no tienen cabida en las reuniones entre personas adultas, pues suponen faltas de respeto, por un lado, y retrasos innecesarios que tan solo obstaculizan los procesos en lugar de agilizarlos, dificultando la conciliación. Como se explicaba anteriormente, desde el feminismo se recalca la importancia de generar espacios donde el respeto y el reconocimiento mutuo sean la base, frente a actitudes aprendidas y desarrolladas en una sociedad patriarcal que fomenta dinámicas que a menudo se basan en luchas de egos frente a la búsqueda de consenso y facilitación de acuerdos.
  • Se recordará a las compañeras y compañeros que todo y toda militante puede unirse al área de feminismo local, la cual es mixta. Solo con este trabajo colectivo y con la participación de la militancia podemos seguir trabajando en esta línea.
  • En el caso de las reuniones presenciales, se garantizará una ludoteca, a ser posible llevada de forma paritaria, de modo que no recaiga en las compañeras nuevamente este trabajo.
  • En las movilizaciones en las calles (concentraciones, manifestaciones, cualquier tipo de convocatoria), se procurará poner a compañeras de IU y mujeres cercanas a la organización al frente de estas mismas, y se animará a que sean las compañeras quienes lean los manifiestos o hagan declaraciones a la prensa.
  • En los actos, charlas, formaciones, etc., se garantizará la paridad cuando éste se componga de más de dos personas. De no ser así, se dará un toque de atención a las personas organizadoras. Además, toda persona involucrada en dicho espacio deberá recordar la necesidad de garantizar la paridad y deberá comunicar a la persona responsable la falta de paridad, de modo que ésta dé explicaciones en caso de no cumplir con las indicaciones. Es responsabilidad de todo militante señalar todas estas dinámicas para no seguir legitimándolas y perpetuándolas. Las mujeres no somos cuotas, las mujeres tenemos conocimientos de sobra para hablar de todo tipo de temas, y aun así, por defecto, no se cuenta con nosotras tal y como se cuenta con los compañeros.
  • En las reuniones con colectivos, asociaciones, etc., así como en aquellos espacios en los que se deba elegir portavocía en nombre IU, en las Juntas Municipales de Distrito y en las notas de prensa, se priorizará la participación de compañeras de la organización, teniendo en cuenta en todos los casos el perfil necesario para cada espacio. Nuevamente, si no atendemos a esto, acaban siendo por defecto los hombres de la organización quienes acaban ocupando todos estos espacios de forma inconsciente.
  • Por último, saliendo de lo meramente organizativo, y recordando que lo personal es político, se anima a todos los hombres de la organización a que se hagan responsables de facilitar la participación de las compañeras, y esto pasa por respetar todo lo anterior, pero también por asumir las tareas domésticas y hacerse cargo de todo ese trabajo feminizado que es invisible y que sirve para sostener la vida. Solo aliviando y compartiendo el peso del hogar y la familia, con la incorporación de los hombres a estas tareas, pueden las compañeras hacerse cargo de sus responsabilidades como militantes.

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