Una ley electoral injusta castiga a una militancia heroica

Cuando tantas veces hemos dicho lo del cambio de la Ley Electoral nos referíamos a esto. Que todo un sistema político esté basado en una ley prevista para excluir a quienes cuestionan por la izquierda el modelo no es justo socialmente.

No es democrático, ni por activa, ni por pasiva, ni por representativo, ni por proporcional, que el escaño de Izquierda Unida – Unidad Popular cueste 460.793 votos, mientras que a cualquiera de los demás se pague a una media de 60.000. Podrán llamarle democracia, pero esta comparación demuestra que, sencillamente, no lo es.

Porque la campaña, histórica y épica, contra los elementos, boicoteados por los medios de comunicación y las televisiones, ha puesto de relieve, una vez más, la condición abnegada de una militancia de oro, que se hizo acreedora de un grupo mucho más amplio en el Congreso.

“Ha sido una campaña hermosa de la que hemos aprendido mucho. Será el germen de algo muy bueno para el futuro”, decía en su valoración el ya diputado electo Alberto Garzón.

Aunque no hemos conseguido el objetivo de derrotar al bipartidismo, ni de formar grupo parlamentario, miramos al futuro con esperanza porque luchamos por lo que creemos y queremos: Un Nuevo País, de libertades y de justicia social. Un nuevo modelo más democrático en el que no existan las desigualdades. ¡Salud y República!