Un monolito en el Canal de los Presos
Izquierda Unida llevó ayer al debate de la Junta Municipal del Distrito Alcosa-Este-Torreblanca una propuesta que pretende el reconocimiento de los demócratas a quienes “purgaron” la culpa de ser comunistas, anarquistas, socialistas, republicanos o sindicalistas, con el castigo de trabajar como esclavos en la construcción del Canal del Bajo Guadalquivir, ahora conocido como el “Canal de los Presos”. Fue aprobada por unanimidad.
Esta obra gigantesca, descartada desde el siglo XIX por su enorme magnitud, comenzó a construirse en 1940 por unos 2.000 presos políticos de la dictadura fascista “a pico y pala”, siguiendo la estrategia de “Redención de Penas por el Trabajo”. Aquellos represaliados constituyeron campamentos de trabajo a lo largo de Los Merinales, El Arenoso o La Corchuela, así como se crearon los poblados de Torreblanca y Valdezorras en Sevilla, Quintillo en Dos Hermanas o el Palmar de Troya en Utrera. La obra duró 22 años, y las condiciones extremas de trabajo se llevaron por delante centenares de vidas y un incalculable sufrimiento. Tal era la sed de venganza y revanchismo de los fascistas contra los demócratas.
Así, el 17 de junio de 2009, se levantó un monumento a la Memoria Histórica en la antigua entrada del campo de trabajo de Los Merinales, que se ve en la foto de arriba.
Ahora, en la parte que atraviesa el barrio sevillano de Torreblanca, justo en el bulevar que está encima del canal, toca rendir un homenaje a aquellos que con su esfuerzo y su vida trabajaron como esclavos en la construcción de esta obra.
Y un monolito –a realizar por los alumnos de la Escuela Taller de Torreblanca-, va a recordar a las generaciones venideras que ese lugar, ahora normalizado como un espacio urbano que integra al barrio, fue construido por aquellos que lucharon por la libertad como “castigo” por su condición de demócratas, comunistas o republicanos, pero que quienes ahora les recordamos, no podemos olvidar aquel oprobio y dejamos con este monumento constancia de ello para que en el futuro, nadie se atreva a revisar la historia.
