Tu Voz, Tu Gente
Tu voz, tu gente

Se nos fue Antonio Morgaz, un camarada imprescindible

Fue el 14 de enero. Era un hombre, en el buen sentido de la palabra, bueno. Había nacido en Sevilla en 1957. Tenía apenas 55 años. Demasiado pronto para dejarnos solos con tanta tarea por hacer. Le gustaba el Jazz y el cine y leía a Antonio Machado, su poeta preferido.

Nunca desfalleció en la lucha por sus valores y sus principios. Lo encontrabamos siempre echando una mano, en lo grande o en lo pequeño. En la Huelga General o en la Velá de Bellavista, su barrio, en cuya Agrupación “Manuel Gonzalo” del Partido Comunista de España, ejercía de verdadero militante y se empleó a fondo como Responsable de Organización durante varios años.

Defensor de las causas justas y situado siempre de la parte más débil que suele ser la que tiene la razón: Amigo del Pueblo Saharaui, defensor del Pueblo Palestino, partidario de la Revolución Cubana.

Supo inculcar a sus hijos los valores del respeto a los demás y la cultura como defensa de las injusticias. Su lema, “trabajo, trabajo, trabajo” era su referencia vital, y hacerlo para y con la gente su método en la vida.

A Antonio le delataba su sinceridad. Con él y con los demás, lo que le permitió circular por la vida con total intensidad y coherencia. Nunca se puso escudos ni justificaciones, incluso cuando amó. Jamás daba una batalla por perdida.

Vivió por y para lo que era importante para él, y nunca se dejó influir por lo que otros le decían que merecía la pena. Los miembros de la A. LIMAM le entregaron una placa que lo refleja bien.

Y cuando llegue el día del último viaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.

¡Hasta siempre, camarada! ¡Salud y República!

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